Monday, May 23, 2011

Machu Pichu

Aguas Calientes es un pueblo a los pies de Machu Pichu, montado en medio de las montañas, en los valles socavados por la intersección de dos ríos. El pueblito es en verdad bastante pequeño y no demora más de 20 minutos cruzarlo de un extremo a otro. Está además hiper-especializado, por lo que en su mayor parte está compuesto solo de hoteles, restaurants, ciber-cafés y tiendas de artesanía. Eso lo hace un lugar muy vivo a pesar de ser pequeño y su ubicación entre las montañas es también muy chora. 



Aquí se llega sólo en tren y eso le da una onda como de pueblo antiguo, tal vez porque uno está mas acostumbrado a ver calles y caminones y esto de descargar un vagón es casi como aventurero, no se porqué.

La mayoría de las personas viene por el día y sólo unos cuantos se quedan a alojar en la noche, con tal de visitar las ruinas. Sin embargo, creo que Aguas Calientes es un pueblo muy rico para pasar un par de días. Se come bien, se pueder dormir bien y es un lugar entretenido para estar. Nosotros por supuesto nos dedicamos a recorrer todo, descubriendo choros senderos y paisajes. Sin apuros, puesto que decidimos quedarnos dos noches completas aquí.


Luego de asentarnos y recorrer fuimos a comer algo y la verdad es que hay de todo. Partimos en un menú completo bien bueno, en un local donde además podías pedir juegos mientras te servían la comida. Teniendo todo el tiempo del mundo, nada mejor que aprovechar de poner a la Pili un poco en aprietos...


Luego de la comida  quisimos ir a las famosas termas, que están excelentemente ubicadas cerro arriba, más allá de donde termina el pueblo mismo. Luego de sacar trajes de baño felices nos encontramos con una serie de piscinas de distintos portes y formas, en una especie de larga terraza en la cuenca entre los cerros. Metimos un pié en la primera piscina y lo encontramos en el mejor de los casos tibio. "Ahh, obvio que las piscinas están entonces ordenadas y esta debe ser la más fría". Pues no, luego de probar la segunda, la tercera y así todos los pozones, ninguno de ellos se acercaba siquiera a una temperatura razonable. Nos había parecido super curioso que en Cuzco todos hablaran de Aguas Calientes directamente como "Machu Pichu" o como "pueblo de Machu Pichu", pero es obvio: Se les acabó el agua caliente!!!

En fin, por lo pronto a la cama porque hay que levantarse muy temprano. Los rumores es que no puedes subir el Huaina Pichu si no llegas super temprano y por ende tuvimos que estar a las 5:00 caminando para llegar a un puente cuando lo abren y poder subir a pié. También hay buses pero no son nada de baratos y en el fondo no llegas arriba más temprano tampoco, ya que la cola en los buses puede ser peor que la subida entera, que es sólo de 1 hora. En fin, tan temprano está oscuro y caminas en medio de la oscuridad con apenas un poco de luz de luna, una experiencia en si misma bien chora.


Sin embargo, tuvimos 2 desiluciones, la primera es que al llegar al puente 10 minutos antes ya estaba lleno de gente y la segunda es que cometimos el error de preguntar en la información turística oficial donde comprar la entrada al parque, donde nos desinformaron diciendo que la podíamos comprar en el puente mismo. No era así y no nos quedó otra que volver a comprar los boletos, perdiendo entre pito y flauta como 1 hora. Para cuando estuvimos de vuelta, ya estaba más así:


En todo caso, no hay mal que por bien no venga. La verdad es que al final fue mucho mejor, porque el sendero de subida es estrecho y si va mucha gente vas chocando y cruzándote con todo el mundo una y otra vez, ya que todos paran a descansar en momentos distintos. Nada peor que un taco en la mitad de la selva!

Nuestro pequeño retraso, sin embargo, nos permitió subir tranquilamente y prácticamente solos (vimos a otros 4 tipos por ahí). El sendero puede ser algo cansador, pero es bien choro y un muy buen trekking cortito. Mi recomendación a cualquiera que vaya es: sube a pata y parte al menos 30 minutos después del mínimo. Vas a disfrutar mucho más el asenso, que poco a poco te va llevando muy alto, como pueden ver...




Hay que tomar en cuenta que el pueblo de Aguas Calientes está a orillas de ese río de abajo, justo pasada la curva hacia atrás de el cerro del medio. Insisto, a los incas les gustaba llegar alto!

De ahí llegas a las ruinas mismas, que están casi en la punta de todo. Las ruinas en verdad no son tan grandes, pero dan para recorrerlas con calma, para sentarte en las terrazas y para sacar buenas fotos. Nos tocó además un día increíble!






Lo mejor de todo es que todo el mundo está tan obsesionado con el Huaina Pichu de al fondo que se apuran para subir al tiro y las ruinas mismas quedan prácticamente vacías! Es el colmo de lo irónico, sobretodo tomando en cuenta que con atraso y todo estábamos bien para subir en la segunda tanda. Ojo además que el ángulo más bonito para ver las ruinas no es el famoso cerro, sino la "caseta del vigía". De ahí sacamos todas las anteriores, pero retrocediendo hacia un lado se las puedo mostrar:


Así que a recorrer con calma. Si bien la ciudad es chica y no tiene ningún elemento particularmente impresionante, el emplazamiento en este caso lo hace estar a la altura de otras ruinas que hemos visitado. No mucho más que decir, pero vaya si sacamos fotos!









Otra cosa simpática es que arriba viven una cuantas llamas sueltas, incluido una pequeñita que aparece en la foto.

Cuando nos detuvimos a sentarnos un rato y a comer algo nos pusimos en lo alto y estábamos viendo las llamas cuando de la nada llegó otra grande y comenzó a escupirle y berrearle a otra que no había hecho nada más que pastar en calma. La recién llegada terminó saltando hacia la terraza donde estaba la otra y a corretearla por todos lados, de un lugar a otro y sin motivo aparente, hasta que se les acabó el espacio y se salieron corriendo a toda velocidad por los caminos de los turistas, mientras que estos se pegaban contra los muros y salían volando. Nos cagamos de la risa mucho rato, sobretodo cuando llegando a un extremo terminaron cargando en dirección contraria contra las mismas señoras que no habían alcanzado ni a recoger sus pilchas antes de que las llamas psicóticas se les vinieran encima de nuevo!

Cuento corto, eventualmente la primera llama enfurecida logró pillar a la que huía y ZAS que se le monta arriba a hacer unos raros gorgojeos de placer jajaja. Vieran la cara de apestada de la llama de abajo!

En fin, ya habíamos recorrido casi todo y repetido el plato en algunos lugares y no eran aún ni las 11 de la mañana. La verdad es que sacamos un par de fotitos más variadas...



... y CRACK! La Pili se tropieza bajando uno de los tantos peldaños de piedra y nuestra aventura pasa a ser una aventura completamente distinta:



Pero como dicen por ahí, gajes del oficio. Tras un par de medicamentos y que se yo, no nos quedó otra que emprender la retirada. Menos mal que no nos ocurrió esto en la subida!

Terminamos bajando en bus y luego llegando a nuestro hotel ya sea saltando en un pié o acarreando yo a la Pili en la espalda como un Sherpa cualquiera. La verdad es que esta parte fue más dura que todo lo anterior junto, pero llegamos al hotel ok y de todas formas salimos a comer algo rico antes de irnos a dormir, puesto que el día siguiente teníamos el tren de retorno. Llegar al terminal fue todo un tema, con las 2 mochilas grandes, las dos chicas y la Pili apoyándose en el hombro, al tiempo que es todo puro desnivel. UFF. Francamente nos hicimos famosos con tamaña odisea, puesto que nos toparíamos los próximos días todo el tiempo con gente que se acordaba de nosotros.

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