Saturday, July 20, 2013

On nothing

We found evidence of God in the uncertain, in the unpredictable, in the improbable. It is there that we lose ourselves, and it it there were we would like to find ourselves...

Saturday, July 6, 2013

Bienestar, Límites & Altruismo Efectivo

Claramente llevamos años luchando como la pobreza y otros males y no hemos logrado hacerlos desaparecer. Resulta evidente entonces que la pobreza no es una montaña que escalar y que solo seguir adelante nos llevará, tarde o temprano a la cúspide. Por el contrario, la pobreza es más como un virus, algo que podemos combatir pero que mientras tanto se reproduce, haciendo que erradicarlo sea mucho más difícil. Puede sonar obvio, pero a pesar de una crianza llena de análisis social y activismo es primera vez que entiendo las cosas desde esta perspectiva. Una perspectiva que engendra nuevas preguntas. Pensar en la pobreza como un virus nos hace cambiar el foco desde tratar los síntomas (donar ropa, construir casas, etc.) hacia a erradicar la enfermedad misma.
En este sentido, es importante comprender las causas y mecanismos que hacen que la pobreza perdure a pesar de todos nuestros esfuerzos. Partamos por definir la pobreza como un tema de recursos, de no tener acceso a las cosas que se necesitan. Partamos también por definir el problema desde el punto de vista del sufrimiento humano, de garantizar a todos la oportunidad de alcanzar la felicidad. Ojo que bajo esta perspectiva puede haber pobres con plata, por así decirlo. De hecho, la mera palabra "bienes" proviene de lo que esperamos obtener de ellos, pero no necesariamente lo que realmente obtenemos.
Uniendo estas perspectivas las preguntas finales que quiero responderme son ¿Cuáles son las causas de fondo que generan NUEVA pobreza? y ¿Cómo generar, repartir y cuidar los bienes necesarios para optimizar la felicidad humana?
Con estas dos preguntas en mente, las próximas secciones detallan los factores que influyen en la generación, la distribución y el cuidado de la riqueza, tanto a favor como en contra. La idea es poder armar una película más bien completa de porqué la pobreza (como falta de riqueza), persiste.

1. Generando Riqueza

Productividad & tecnología

El problema de generar bienes es algo que la economía maneja bien, tal vez demasiado bien. Los avances tecnológicos han sido una y otra vez fuentes de enormes beneficios y prosperidad. Dicho desarrollo ha permitido esquivar muchas de las catástrofes predichas en el pasado y cambiarlos en muchas sociedades por niveles de bienestar sin precedentes. El crecimiento exponencial en la ciencia y la tecnología han provenido de la aplicación rigurosa de la razón y del método científico, así como de una explosión comunicacional global, que ha permitido transmitir ideas mejor que nunca antes en la historia.
A pesar de estas buenas noticias, es importante no sentarse en los laureles y confiar que la ciencia va a siempre solucionar todos nuestros problemas. Hay quienes ponen una fe casi religiosa en que va a haber crecimiento solo por el hecho de que las consecuencias si este no ocurre son difíciles de masticar. La terminología inglesa para este fenómeno me encanta: "wishful thinking", es decir, creer en lo que nos gustaría en vez de en lo real. En efecto, el futuro de la ciencia es siempre incierto. Ha habido periodos de regresión en la historia y ha habido estancamiento. Obviamente dudo que aparezca una forma tanto más eficiente de compartir o generar ideas que produzca otra explosión. Tampoco veo súbitas invenciones como la electricidad, el motor a combustión, etc. Hoy la vara está alta y el desarrollo es más incremental. Tal vez nuevas fronteras como la robótica o la genética nos den otro fuerte empujón, pero ello es imposible de predecir y estúpido de asumir.

El lema del rendimiento decreciente

Tampoco podemos predecir que nuestros procesos productivos van a poder escalar infinitamente. Existen sin duda formas de crear economías de escala, pero existe también la llamada ley de los rendimientos decrecientes. Es decir, si lograr un objetivo pequeño cuesta $1, lograr un objetivo el doble de grande no cuesta $2, cuesta más. Es fácil, por ejemplo, construir una casa de dos pisos, pero un edificio de 100 pisos no cuesta lo mismo ni es igual de trivial que cincuenta casas. Por el contrario, deben aplicarse complicados diseños y cálculos, así como materiales y procesos avanzados para lograrlo. Otro ejemplo es el petróleo, que inicialmente bastaba hacer un hoyo de poca profundidad para extraerlo de alta calidad, pero a medida que se acaban los yacimientos fáciles hemos de movernos a plataformas flotantes o, últimamente, "Petróleo de esquistos bituminosos". Existen, en efecto importantes límites y consideraciones a la idea de que la productividad vaya siempre a seguir creciendo al ritmo que nos gustaría que creciera.

Recursos

Otro límite importante a la cantidad de bienes que podemos producir son los recursos naturales. Tanto los no renovables (metales, petróleo, etc.) como los renovables (vegetales, animales, oxígeno, etc.) distan de ser infinitos. Estos son limites duros, impuestos no por nuestra creatividad, nuestra sociedad u otra fuente intrínsecamente humana, sino por la realidad misma. Nuestro desafío está en lograr el bienestar humano sin sobrepasar estos límites.
Algunos dirán sin embargo, que si son límites, entonces por naturaleza es imposible sobrepasarlos y las cosas se balancean por si solas. Esta forma de pensar es engañosa. En primer lugar, es cierto que al toparnos con límites duros se debe forzosamente alcanzar un equilibrio, las leyes de la física no van a doblarse si pedimos por favor. El problema es que a la realidad le es indiferente el ser humano, por lo que el equilibrio obtenido puede ser uno en que el ser humano se extingue o uno en que sobrevive en la miseria. Es tarea de nosotros definir qué tipo de equilibrio queremos y luchar por obtenerlo.
Tampoco es imposible vivir por sobre estos límites, al menos por un tiempo limitado. Podemos pensar en nuestros recursos como si se tratara de en una herencia en dinero, que nos permitiera vivir de los intereses. Otra opción sería tirar la moderación por la ventana y darnos la buena vida, quemando nuestra herencia en lujos y placeres, pero ¿luego qué? Las consecuencias de nuestra falta de visión a largo plazo no tardarían en hacerse evidentes, pero demasiado tarde para revertir nuestra forma de pensar. Los recursos de este planeta pueden verse como dicha cuenta bancaria, podemos vivir indefinidamente de nuestro ecosistema si vivimos gastando menos de lo que este es capaz de producir. También podemos sobreexplotar el ecosistema y comernos poco a poco nuestro capital, hasta que nos demos cuenta de que la cuenta está casi en 0 y de que de pronto no hay suficiente para vivir dignamente. Lamentablemente, parecemos haber tomado la segunda alternativa. 

2. Repartiendo la Riqueza

Per cápita

Lo primero que hemos de abordar al pensar en repartir bienes es ¿entre cuantos hay que hacer la repartición? Históricamente esto no ha sido un problema, puesto que en general el ser más era sinónimo de producir más, por lo que si cada cual produce el equivalente a lo que consume las cosas debieran equilibrarse. Esta puede haber sido la realidad histórica y hay muchos que aun piensan de esta forma, pero lamentablemente la realidad actual no es tan simple.
Y es que hay cosas que simplemente no podemos producir. No podemos generar más oxígeno en la atmósfera ni podemos generar más terreno en que construir nuestras casas. Hoy el planeta está lleno, verdaderamente lleno. En época de mis abuelos o bisabuelos uno podía en muchos lugares del mundo encontrar literalmente "tierra de nadie" y volverse el legítimo dueño tan solo con levantar una casa y ponerse a vivir en ella, contentamente explotando sus recursos. Hoy, evidentemente, no es así.
En el fondo, hoy nos estamos topando con los límites antes mencionados y con los rendimientos decrecientes. Cada nueva persona a la que queremos asegurar la felicidad requiere un lugar en que vivir, cosas para comer, capacidad de movilizarse y viajar, agua que tomar, energía para protegerse del clima o tan solo para entretenerse. Cada nueva persona que agregamos pone un peso adicional sobre nuestra espalda comunitaria que debemos cargar.
El ejemplo de Etiopía es interesante. Hace ya 30 años Etiopía ha tenido extrema pobreza, algo que la comunidad internacional ha intentado solucionar con mucha fuerza. Pero pese a todos los esfuerzos, las cosas no han mejorado en nada. Los mismos niños negritos con guata abultada y moscas en el pelo aparecen en los documentales, mientras muchos no comprenden como podemos tolerar que ello ocurra. No  hemos tolerado nada, la verdad, se han hecho esfuerzos enormes, pero en estos 30 años la población de Etiopía ha ido, en gran parte gracias a los recursos adicionales otorgados por la comunidad internacional, desde 33.5 millones a 86.5 millones, es decir, dos veces y media lo que era antes. En vez de ser cada etíope dos veces y media más rico (lo cual es conservador, el desarrollo normalmente es base para más desarrollo), siguen igual. De hecho, están peor, dado que terreno que antes era de cultivo hoy se debe dedicar a vivienda, a que no hay suficiente agua en el suelo para hombre y animales, haciendo que los posos se estén secando y la tierra desertificando. África en general paso de ser un exportador de alimentos a un importador. Como ven, lo bueno genera un círculo virtuoso, lo malo genera un círculo vicioso, todas las cosas están relacionadas entre sí.
Tampoco es evidente que cada nueva persona pueda contribuir su parte, proporcionalmente, a la sociedad mundial. Nos guste o no, hay decenas de motivos por lo que contribuir, aun teniendo la mejor de las intenciones, puede ser imposible. Me refiero a temas tan variados como el desempleo, la edad avanzada o simplemente gente discapacitada por una razón u otra. Nótese que no estoy entrando siquiera a mencionar a aquellos que, aunque activos, no generan verdadero bienestar, como delincuentes, soldados, etc.
Al final, si estamos hablando de cómo distribuir el bienestar, entre cuantos hay que distribuirlo es un factor crucial. Sobre todo porque la búsqueda de la felicidad humana no es un juego de suma cero. Es infinitamente preferible tener una persona feliz que tres personas infelices, a pesar de que el consumo de bienes sea el mismo. Si felicidad es lo que queremos lograr, lo primero es un punto a favor, mientras que lo segundo son tres en contra. En efecto, que haya tres personas en el mundo en vez de una no parece tener ningún valor intrínseco.
Hay muchos, entre los que me incluyo, que racionalmente han llegado a la conclusión de que una disminución global de la población puede ser una excelente idea. Es curioso que otros hablen de un decrecimiento de población como si del apocalipsis se tratara e indica sin duda que los indicadores que usamos para tomar decisiones no son los indicados. De cualquier forma, el control de población es una de las medidas más eficaces de disminuir la pobreza. Se estima que invertir $1 en fomentar la planificación familiar (http://www.gatesfoundation.org/What-We-Do/Global-Development/Family-Planning) tiene un retorno social de $7, es decir, podemos multiplicar la inversión varias veces, mejor aún, esto sin consecuencias negativas a largo plazo, como en la historia de Etiopía.
La ciencia nos dice que hay una importante correlación entre un tamaño familiar reducido, un buen nivel educacional y una buena calidad de vida. Dejo a ustedes determinar cuál de ellos es causa y cual efecto, pero debiera estar claro para dónde debiéramos ir.

 La desigualdad

Independientemente de entre cuanta gente se vayan a distribuir los recursos, es claro que la distribución nunca es pareja. Existe hoy en día una enorme desigualdad en muchos países, así como también mucha desigualdad ENTRE países. La desigualdad mundial, es decir, ambos factores compuestos, es simplemente espeluznante. Y es que el presupuesto anual familiar, para gente que en verdad se esfuerza y debe mantener a sus familias, puede ir desde  alrededor de 456 dólares hasta alrededor de 1.500.000.000 dólares. Para poner esto en perspectiva, una sola persona podría alimentar a 3.289.473,6 familias. Pensando conservadoramente en 5 personas por familia, estamos hablando de una sola persona, equivalente en sueldo a la cantidad de personas en un país como, incidentalmente, Chile (16 millones). No se cómo ponerlo en otras palabras, pero es imposible poner números como estos en perspectiva…
Nótese que hable de desigualdad en términos de renta anual, no de riqueza acumulada, de lo contrario, la película sería aún peor, mucho peor. Como si esto fuera poco, la desigual, lejos de ir desapareciendo, va en raudo aumento. Ya sea debido a que el que tiene plata para invertir es el que recibe los beneficios de la inversión o a que la automatización y la globalización han permitido generar negocios que venden a muchos y reparten entre muy pocos, la película en este sentido es más negra que boca de lobo… de noche... sin luna.
¿Importa en verdad que otros tengan más? Yo y gran parte de mi círculo de conocidos vivimos consideramos que vivimos bien pero no lujosamente, sin embargo, los números dicen que estamos dentro de los ricos, de hecho, dentro del 1% al 5% más ricos a nivel mundial (http://www.givingwhatwecan.org/why-give/how-rich-am-i), ajustado por poder de compra, dependiendo de la cantidad de hijos u otros dependientes. Poco podemos criticar entonces o tal vez no nos convenga hablar del tema, puesto que más redistribución nos dejaría con menos. Sin embargo, aquí es donde entran en juego las retroalimentaciones positivas y negativas (o círculos virtuosos y viciosos), puesto que está demostrado que en las sociedades más igualitarias no solo los más pobres están mejor, TODOS están mejor (http://www.ted.com/talks/richard_wilkinson.html). Al mejorar las garantías de salud, educación y otros disminuyen las inseguridades y miedos, decrece la corrupción, nuestras democracias se vuelven más efectivas, disminuye la violencia y la drogadicción y un largo, largo etcétera. Lo opuesto también es verdad, hasta el punto que los niveles actuales de desigualdad en USA, China y otros países, por sobre el 0.5, son considerados por agencias de gobierno como bordeando una revolución civil.
Sin duda no queremos que todos tengan o ganen lo mismo, sabemos que el comunismo no funciona y que no provee los incentivos adecuados para el progreso, pero tampoco nos sirve pasarnos al otro extremo (http://www.upworthy.com/9-out-of-10-americans-are-completely-wrong-about-this-mind-blowing-fact-2). Algunos (seguidores de Ayn Rand tal vez) dirán que lo que el rico ha ganado es por su esfuerzo y que los pobres son flojos o carecen de talento, pero este argumento simplemente no se sostiene. En primer lugar las circunstancias son tan importantes como el esfuerzo o el talento. Dudo que hasta Steve Jobs (el ejemplo típico) hubiera tenido ni un ápice del impacto si hubiera nacido en Etiopía. Nadie elige dónde nacer.
En segundo lugar, aún en USA dudo que hubiera sido exitoso si hubiera tenido que preocuparse de cultivar su propia comida y construir su propia casa. Ningún hombre es una isla y aquellos que surgen por sobre otros lo hacen porque se apoyan en otros, en empleados, servicios, gobierno o en la sociedad misma, muchas veces sin retribuir proporcionalmente. Los que tienes más tienen más por una mezcla de oportunidades, azar, esfuerzo y talento, propios y también ajenos. Al final, son dos los argumentos en pro de una sociedad igualitaria: conveniencia y justicia.

 Caridad

Otro tema importante al hablar de cómo distribuir el bienestar es el rol de la caridad y el altruismo. El problema con la caridad es que está llena de malentendidos. Odio cuando la gente estira la mano para recibir ayuda cuando no están dispuestos a ayudarse a ellos mismos, ¡la caridad no es un derecho!
Muchos dudan de que la plata donada sea gastada en forma responsable y/o eficiente. De hecho, hay estudios que indican que si de la vida humana a nivel mundial se trata, algunas instituciones pueden ser hasta 1000 veces más eficientes que otras en tener un impacto real. ¡Mil veces! Por suerte, están surgiendo meta-caridades (http://www.givewell.org, http://home.centreforeffectivealtruism.org/), empresas que se dedican a monitorear otras instituciones caritativas y descubrir cuáles son las mejores para invertir, tanto en términos de sus efectos positivos como en términos de potenciales impactos negativos.
El principal problema de la caridad, sin embargo, es que es un parche. Debiera ser usada como excepción en vez de como norma, pues de lo contrario no solo es evidencia de problemas sociales de fondo, sino que puede causar que dichos problemas perduren. Ejemplos como el de Etiopía, u otros gobiernos africanos que se han vuelto 100% dependientes de la ayuda extranjera, deben evitarse a toda costa. La caridad es un tema más difícil de lo que pensaba y aun no encuentro soluciones que me convenzan completamente (y pretendo buscarlas).
A final de cuentas diría que la principal razón para que no seamos más caritativos es nuestra imposibilidad de pensar en todo, de darle a nuestras vidas un alcance global cuando somos solo individuos. Somos en generales caritativos y bienintencionados con los que nos rodean, pero no vamos a buscar problemas más allá. Al mismo tiempo, muchas veces es la inseguridad la que nos detiene. ¿Puedo gastar en otros cuando no se si voy a tener suficiente para jubilarme, para educar a mis hijos o para combatir una posible enfermedad?
Son posturas válidas, reales y muy humanas. Por suerte leí que puede resultar igualmente efectivo donar ahora mismo que invertir uno la plata, dejar que crezca y donarla en el futuro. Argumentos hay a favor y en contra, pero la gente que sabe del tema no ha llegado a un consenso único y eso es indicativo de que ambas ideas son válidas. Tiene para mí todo el sentido del mundo ahorrar y, una vez que dejamos este mundo y no nos quedan más preocupaciones futuras, donar lo que al final no nos fue necesario. Lo importante de esta idea es que la plata sea efectivamente ahorrada y no derrochada en el intertanto. Es probable que en el tiempo se acumule un buen monto y si no podemos resistir la tentación de tomar esa plata y gastarla en un auto de lujo, una casa enorme o el último chiche tecnológico más vale donar la plata al tiro. Si los millonarios pueden hacerlo (http://en.wikipedia.org/wiki/The_Giving_Pledge) nosotros también y si nuestros hijos están bien establecidos donar a una buena causa puede ser una mejor manera de heredarles un mundo mejor que simplemente dejándoles la plata.
Al final, es un tema de vocación y de fuerza de voluntad. Requiere dejar de lado la ostentación y el consumismo al que la sociedad nos presiona constantemente y aprender a vivir en forma humilde sin que ello dependa necesariamente de cuánta plata esté disponible para gastar. Déjenme decirles por experiencia propia que no es fácil, si un cura pronuncia un voto de pobreza todos lo van a encontrar loable, pero que un tipo normal decida vivir humildemente o conservadoramente es impensable en Chile. Lo sé porque hasta el día de hoy gran parte de mi familia y amigos me consideran un cagado, parece haber una cierta expectativa de que hay que vivir al filo de que tu sueldo permita (y más bien pasado para el lado de la deuda) que nunca he logrado entender. Por mi parte, si bien me doy un lujito de vez en cuando, mis ideas de en qué es razonable gastar la plata no cambian porque me suban el sueldo y siguen siendo más o menos las mismas que eran cuando estaba en la universidad.

3. Cuidando la Riqueza

 El desastre ecológico

Hemos hablado de producción y de consumo, así como de recursos y límites pero poco hemos comentado de dónde nos encontramos exactamente ahora parados como humanidad. La verdad es dura y no va a gustarles: estamos parados al borde del precipicio. Fuentes he encontrado miles y diversas, pero la forma humana, realista pero a la vez esperanzada en esta charla es la que más me gusta: http://www.ted.com/talks/paul_gilding_the_earth_is_full.html.
Haciendo un resumen, tanto las personas individualmente como los políticos que controlan nuestras sociedades hemos estado pensando tan solo en el corto plazo y hemos derrochado a diestra y siniestra. Cuando nací (1981) el mundo era más igualitario, el clima más tranquilo y la población mundial era de 4.5 billones en vez de los actuales 7 billones. Estos números debieran aterrarnos a todos, en serio, no solo es un aumento de un 50% tan solo desde que nací, sino que la humanidad demoró millones de años en alcanzar un solo billón, hasta el 1800 para ser más exactos, pero sólo 127 años en el segundo (1927), seguido de 33 años para el cuarto (1960) y tan solo 14 años para el cuarto (1974). Desde ahí no hemos fallado en lograr otro billón de personas cada 12 años, en 1987, 1999 y 2011. En suma, millones de años en alcanzar un billón, poco más de 200 años en multiplicarlo por 7!!! Hoy se estima que la humanidad consume 1.5 veces lo que el ecosistema es capaz de producir, por lo que estamos a ciencia cierta derrochando la herencia que millones de años de evolución han construido para nosotros.
Hoy nuestro impacto sobre el ecosistema que nos mantiene es enorme. Aun así 200 años siguen siendo difíciles de abarcar en nuestras limitadas mentes y nos acostumbramos, un día a la vez a prácticamente todo. Así lo que antes hubiera sido impensable hoy se considera normal y lo que hoy es impensable será considerado normal mañana. A pesar de nuestra frágil memoria los cambios son evidentes y cada vez más rápidos y debieran tenernos más preocupados.
Es cosa de comparar las historias de mis abuelos con nuestras realidades actuales. Mis abuelos vivieron en una casa grande, salían a pescar y cazar y siempre volvían con algo, mientras que mi abuela iba a la playa a mover un poco en los pies en la arena para encontrar machas. El smog no había sido inventado y a nadie se le ocurriría ponerse cremas para protegerse del sol. Hoy no hay machas en la playa y los intentos de mi viejo de que lográramos pescar fueron más bien fútiles (http://www.ted.com/talks/daniel_pauly_the_ocean_s_shifting_baseline.html). Mientras tanto el factor 40 es pan de cada día, no parece que pase un día sin que haya otra catástrofe climática en algun lugar del mundo y el smog ha sido parte de nuestras vidas por décadas al punto que cada vez que llueve nos sorprendemos de lo cerca que están las montañas.
Y todo esto no es más que nuestra propia experiencia anecdótica, lo que podemos observar y recordar como limitados individuos. Los números y la ciencia son mucho más crudos tanto al estimar que más de 10.000 especies desaparecen cada año, (http://wwf.panda.org/about_our_earth/biodiversity/biodiversity/) y que cada año estamos batiendo récores en temperatura global, número de catástrofes climáticas, etc. En el fondo, estamos causando un desastre ecológico nunca antes visto, cuyas verdaderas consecuencias no creo podamos siquiera comprender. Peor aún, no sólo no hemos reaccionado a tiempo, sino que no parecemos estar reaccionando en absoluto.

Sustentabilidad

En todo caso, ¿Por qué mencionar el tema ecológico en medio de un ensayo sobre pobreza? Bueno, porque si de síntomas de pobreza se trata, este es uno de los principales. No solo causa enormes daños materiales (una pérdida neta e inmediata), sino que nuestros bienes se encarecen y vuelven menos diversos, mientras que nuestra calidad de vida disminuye. Si de lograr maximizar la felicidad humana se trata, tenemos que pensar en las personas que vendrán mañana tanto como en las que viven hoy.
Aquí es cuando la entra en juego la famosa sustentabilidad, es decir, nuestra capacidad de vivir bajo los límites que la naturaleza nos impone, de una forma que pueda sostenerse indefinidamente en el tiempo. El problema es que estamos acostumbrados a idolatrar un concepto muy distinto: el crecimiento. Nos han dicho que el crecimiento no solo es positivo sino indispensable, cuando la realidad no es así. Ciertas formas de crecimiento son deseables (como el crecimiento en productividad), pero la mayoría representan tan solo un beneficio en el corto plazo, con un costo mucho mayor en el futuro, algo parecido a un crédito. Espero haberlos convencido ya de que hoy estamos hasta el cuello con los créditos tomados por nuestros padres. Así como un crédito financiero, el crecimiento debiera ser considerado una herramienta más, con pros y contras a ser evaluados y reevaluados de acuerdo a las necesidades y a las posibles consecuencias. Y es que pocos entienden que crecimiento constante y sustentabilidad son incompatibles por definición. ¡He conocido gente que está a favor de ambos!
Otro problema con la sustentabilidad es idéntico al de la desigualdad, las responsabilidades tampoco parecen estar distribuidas como corresponde. Si otros se vuelven más responsables entonces la necesidad de que YO sea responsable disminuye. Asimismo, si los beneficios del crecimiento los obtengo yo pero los costos los pagamos entre todos, me conviene crecer. Y es así como caemos en la tragedia de los comunes, con los países disputando quién debiera hacerse responsable sin que nadie quiera sacrificar sus propios intereses por el bien común. En la economía, algunos han llamado a este fenómeno "privatizar las ganancias, socializar los costos". Es un fenómeno humano bien estudiado y profundamente lamentable, cuyo equilibrio de Nash en este caso garantiza que todos alcancemos la peor situación posible. Espero que si la humanidad desaparece la siguiente especie en evolucionar inteligencia (si alguna sobrevive) descienda de las abejas o las hormigas.
Kant postulaba un acto era moral, si al realizarlo desearía que todos hicieran lo mismo (https://en.wikipedia.org/wiki/Categorical_imperative). Sin entrar en una discusión filosófica profunda, pues hay muchos otros postulados interesantes, creo que esta es una buena guía práctica. No puedo matar porque no me gustaría vivir en un mundo donde todos mataran. Asimismo, no puedo botar basura pensando que total otro va a recogerla, porque podemos imaginar el resultado si todos decidiéramos botar basura. Al final, actuar moralmente implica asumir mi parte de responsabilidad sobre los intereses de todos y actuar en consecuencia, sin tirarle la pelota a otros. Es esta la razón por la que considero inmoral decidir tener más de dos hijos, porque es insustentable en el mediano plazo y entiendo las consecuencias de semejante acto si todos siguiéramos ese camino. Puedo ver además que ese fue en efecto uno de los grandes errores de nuestros padres y gran parte de la causa de que estemos donde estamos. El mismo principio moral aplica a todo lo demás que he mencionado.

 La destrucción

Otra cosa que debiéramos evitar a toda costa es la destrucción de los bienes que tanto nos ha costado construir. A veces un poco de destrucción es necesaria, por ejemplo al renovar una casa, pero en general es un derroche triste y estúpido. No dejo de pensar en esto cuando veo un grafiti en el muro o cuando recuentan en las noticias los daños de esta u otra protesta. Tampoco puede evitar ese sentimiento de intensa frustración cuando veo noticias de guerra y como muchos parecen ver en ella algo glamoroso o heroico. En mi humilde opinión, la destrucción en sí misma, tanto a nivel individual como colectivo, debiera ser considerada como el mayor pecado en cualquier religión y en cualquier sociedad. Si la felicidad humana es nuestro objetivo, ¿qué sentido tiene luchar por dar un paso adelante si luego estamos dispuestos a dar dos para atrás?

4. En suma

De las 3 secciones anteriores, podemos concluir:
·         Tenemos la capacidad de crear enormes pero no infinitas cantidades de bienes materiales.
·         La caridad tiene un rol y todos debiéramos pensar en cómo afecta nuestras propias vidas, pero no es la solución final, ataca un síntoma.
·         A final de cuentas si queremos mejorar la calidad de vida de las personas es importante entender que es mejor ser pocos y felices que muchos e infelices. H
·         Hay que asegurar que la repartición del bienestar sea justa y equitativa, pero no idéntica.
·         Derrotar verdaderamente las causas de la pobreza y del sufrimiento humano requiere ante todo que el hombre evoluciones más allá de su mirada cortoplacista, egoísta y destructiva, solo entonces estaremos en posición de construir. Lamentablemente estas posiciones están en nuestros genes mismos: son limitaciones físicas, mecanismos de supervivencia, etc. La única forma de lograr estos objetivos es siendo constantes en educar a las personas y difundir estas ideas.