Cuzco

Ok, la verdad es que ha pasado un poco el tiempo y no había podido escribir sobre nuestras aventuras en Perú. Lo simpático es que hoy estamos en USA y debería estar escribiendo sobre eso, pero en fin, voy a tratar de hacer un poco de memoria!!

El viaje parte de verdad cuando llegamos a Cuzco, una preciosa ciudad colonial a mucha, mucha altura. Desde el avión de hecho puede apreciarse la meseta donde están varios pueblitos y no deja de ser chocante ver como el suelo se hunde. Es como esos mapas que mostraban el fin del mundo con cascadas al borde de los mares. Lamentablemente no tengo la foto aérea porque la cámara no estaba a mano, pero puedo dejarles a cambio una vista desde nuestra ventana del hotel :-D

Si, esto esta en el barrio de San Blas. Queda muy re cerca de la plaza principal de Cuzco y es un barrio muy simpático de callecitas estrechas de de abobe, tejas y cactus. La "Pensión Alemana" resultó también un lugar bien acojedor y, en la onda clásica Langdon-Larrain, barato.

La misma noche fuimos a dar un paseito por las calles...

Y nos topamos con la famosa piedra de los 12 ángulos (aunque lo supimos mas tarde), que es una muestra de la presición y cuidado con que los incas ensamblaban las construcciones de piedra, al punto que rara vez pueden verse fisuras ni nada por el estilo, a pesar de que es piedra sobre piedra sin mortero ni nada...

Y por supuesto, de día a seguir recorriendo el lindo pueblo, al tiempo que nos acompañó un clima espectacular!

Esta es la plaza principal:

Este era el más importante templo de los incas, con los muros literalmente cubiertos de oro. La iglesia católica  los hizo demoler todos y colocar encima iglesias, por lo que hoy es un convento :-(
Sin embargo, se puede recorrer el interior y te muestran partes de la arquitectura original.

Luego tomamos un tour cortito que nos llevó toda la tarde por otros sitios arqueológicos en los alrededores. La mayoría eran templos, pero dado lo sólida de las construcciones muchos fueron usados como fuertes por los incas.

Y en fin, otros con menos piedras, pero igualmente choros...

Y aprovechamos por supuesto de probar la comida de la calle, lo que aquí implica unos mega-choclos (son los de grano más grandes del mundo, y se nota) calientes y queso.

... y esta fruta que decidí probar pero no me pude terminar de comer, jajaja

Y a dormir, ya que estaban las reservas tempranito para el tour por el valle sagrado.