Thanksgiving, día Acción de Gracias, es una celebración tradicional en Estados Unidos. Se celebra el cuarto jueves del mes de noviembre. Es una linda tradición que tiene sus orígenes en el año 1621. Todo surge en Plymouth, actual estado de Massachusetts, lugar donde la colonia no tenía suficiente comida para alimentar a todos sus colonos, por lo tanto los nativos de la zona los ayudaron dándoles semillas y enseñándoles a pescar. Se creó un ambiente de festival de la cosecha. A partir de este año, se celebra anualmente en agradecimiento a la buena cosecha.
Para nosotros esto fue toda una novedad. Lo que uno ve en películas, es hoy lo que pudimos vivir en vivo y en directo, y sinceramente encontramos que es una celebración muy linda, donde familias abren sus casas y reciben a otras personas, no necesariamente familiares, a comer.
Nosotros partimos preparándonos la semana antes.
Yo pertenezco a un grupo llamado IWAP (International Women of Pittsburgh), quienes nos reunimos y guiadas por una residente estadounidense, preparamos una comida tradicional.
El mismo día 24 de noviembre, feriado aquí, un profesor de la Universidad Carnegie Mellon abrió las puertas de su casa y recibió con muchísimo entusiasmo a sus alumnos a pasar el día. Éramos alrededor de 50 – 60 personas. Tenía preparado un gran banquete, preparado con ayuda de su familia el día anterior. Un gran pavo, aperitivos, ensaladas, papas y buffet de postres.
Nosotros quisimos llevarle algo típico chileno e hicimos un pebre. Lo disfrutaron muchísimo, y más aún los chinos.
El profesor muy buena onda. Y una cosa que nos gustó muchísimo con Daniel, es su estilo de vida. Vive a las afueras de Pittsburgh, como a una hora, en una casa de madera metida en un bosque. Nos contó que trabaja como profe en la Universidad y que cuando llega a su casa, se dedica a sus hobbies más campestres. Tiene sus gallinas que dan huevos para la casa, sus abejas y árboles que lo abastecen de miel, miel que ocupó para preparar algunas comidas, y es realmente feliz.
Mientras esperábamos que se terminara de cocinar el pavo, sus dos hijos adolescentes nos guiaron y fuimos a caminar por el bosque. También estaba la opción de quedarse en casa al lado del fogón, o dentro, donde tenían mesas con diversos juegos para entretenerse.
Estaba todo exquisito!!Después de comer, con la Bea nos pusimos a armar la famosa “Gingerbread”, casita de galleta navideña.
Requiere de harta paciencia la armada, jajaja. Que todo se una bien y cruzar los dedos a que no se derrumbe.
Vamos bien :).
Antes de irnos, ordenamos y nos despedimos agradeciendo y entregándole a la dueña de casa la casita lista como agradecimiento por haber recibido a toda esta patota de estudiantes.
Ella nos contó que llevan repitiendo esta invitación hace ya bastante tiempo, y que se sienten muy bien hacerlo. Realmente admirable. Todo lo que uno de repente se complica organizando el propio cumpleaños o una pequeña junta, ya que hay que tener todo bajo control y uno es una guata de nervios esperando que resulte todo bien. Y acá todo salió perfecto, todos disfrutaron y se fueron felices y agradecidos.
