Cocinando en casa

Después de pasar unas semanitas comiendo en restaurantes, que dada la alta demanda, por aquí la mayoría son de comida china o hindú, quisimos darnos la oportunidad, tenernos fe y comenzar a cocinar en casa.

Claro que, para cocinar obviamente necesitas los instrumentos necesarios, cosa que nosotros no teníamos, así que partimos a comprar una olla, unos sartenes y cucharas de palo.

Y fue en este momento, que nuestro grupo de amigos extranjeros nos puso en aprietos. Se programó una junta donde cada uno tenía que llevar una comida propia del país, y no sé por qué, a todos les bajó la idea de que la comida chilena es notablemente la más rica. Por lo tanto, no podíamos fallar y llegar con algo a medias. Ahora la pregunta es ¿qué hacemos? ... ¿pastel de choclo? mmm ... nop ... hay que moler el choclo y no tenemos juguera, ni minipimer, ni batidora.
¿Alfajores chilenos? mmm ... tampoco ... aquí no existe el manjar, habría que hacerlo con leche condensada y todavía no tenemos olla. Hasta que recordamos nuestras clases de cocina, y nos animamos a hacer empanaditas de pino.

Usando un moledor como uslero ... es lo que hay :). ¡Gracias Cuca!

Y empezamos la producción. Se nos olvidó eso si, que en clases éramos como 9 haciendo empanadas, y aquí sólo 2, así que la producción fue un poquito lenta.

Lo más importante es que objetivamente a la mayoría les gustaron :), salvo a los hindúes más conservadores que no las probaron, por tener carne.

Y ya que nos fue bien con las empanadas, nos animamos a seguir cocinando.
Aquí la comida en los supermercados es re cara. Si optas por comer sano, una compra pequeña (una lechuga, 3 tomates, 4 duraznos, 4 litros de leche y algo más) te sale como 25 o 30 dólares. Por eso la mayoría opta por comer en restaurantes, ya que un menú para dos personas te sale como 15 dólares y quedas más que bien. La compra del supermercado te alcanza para una muela.

Pero hay otras opciones, y es lo que optamos nosotros, de ir a un mercado enorme en Strip District, donde venden de todo mucho más barato. El mejor día es ir el domingo. Encuentras toda variedad de pescados, fruta y verdura, carnes, especies, etc.

Y bueno, el infaltable ¡¡Costco!!
Unos amigos chilenos, con auto, nos llevaron a conocerlo. Ir en bus cero opción, porque imagínense como 3 Jumbos en uno, y todo lo que venden es en tamaño grande o por mayor. Imposible no tentarse. Para mi, el pasillo de los chocolates fue un martirio. Me costó elegir UNA cosa (bolsa). Podría haber elegido más, pero después la doble guata quién me la quita? Si no vas con fuerza de voluntad, fregaste! Finalmente opté por un mix para mantener siempre lleno nuestro tarrito de cosas ricas.

Cuando llegamos a la casa con las novedades, nos miramos con Daniel como dos niños chicos, y fue emocionante ver nuestra cocina y refrigerador por fin llenos.

Ahora sipo!
Si busco cosas, encuentro ...

Y nuestro banquete de ayer ... pollo al horno, con aliños especiales ... acompañado de verduras y arroz :). Otra noticia muy buena (Daniel está feliz) ... aquí en USA el arroz me resulta, jajaja. Muchos saben todo lo que luché en Chile para que me saliera rico el arroz, y nunca resultó. Un día Daniel llega a comer a la casa, había arroz con carne ... y me dice "mi niña, te resultó por fin!! felicitaciones!! ... fue frustrante responderle ... Danielito, no lo hice yo, lo hizo la Jessica, nuestra nana".

Qué tal?

Aquí se aprende de todo ... desde otro idioma, otra cultura, a cocinar y principalmente a vivir de a dos, sin tener la ayuda cercana de un papá, de una mamá, hermano o amigo.