Hace ya
mucho tiempo escribí un poco sobre el gran problema del crecimientoexponencial, de la sobrepoblación y de la escasez de recursos. Hoy por
casualidad volví a toparme con una noticia
sobre el tema y los comentarios me guiaron al video original de AlBarlett, que no había visto. Cualquiera que tenga un interés aunque sea
pasajero en la sustentabilidad debiera verlo. No, TODOS debieran verlo. Humildemente, puede cambiarlos mucho más que un
capítulo más de la serie (o peor aún, teleserie), la siguiente comedia romántica
o las noticias con los accidentes y el futbol.
Es tal vez
el video más escalofriante que haya visto en mi vida, pero a la vez uno de los
más informativos. Dura tan solo una hora y lo recomiendo en verdad para
cualquiera que entienda algo de inglés. Los argumentos son duros, las
demostraciones simples y el mensaje suficientemente importante para que este
hombre diera la misma charla más de 1600 veces, en promedio cada poco más de 8
días durante 36 años!!!
¿Por qué
tan mal? Se preguntarán tal vez y es que una cosa es hablar del problema desde
un punto de vista teórico y otra es ver los números. La terrorífica realidad es
que el problema es mucho más inminente de lo que había creído, puesto que ya
estamos bastante pasados del punto medio… y cuando de una exponencial se trata,
el punto medio puede ser al borde mismo del precipicio.
Y es que en
el post anterior pensaba en la imposibilidad de tener cuatro hijos y cómo dicha
política implicaría que al morir, suponiendo que alcanzo a conocer a mis
biznietos (algo nada difícil), mi descendencia sería de 52 personas. Suena
natural, pero si limitamos los recursos y extrapolamos estamos hablando nada
menos que de 52 personas compartiendo el único baño que tenemos hoy. Si, 52
veces más autos en las calles o líneas 6 a la 260 en del metro (todas y cada
una igual de colapsadas o peor dado a que la solución no escala) suena
terrible, pero no es siquiera la mitad de la película. La otra mitad, la
terrible mitad, es la predicción del impacto social de dicho crecimiento.
La
degradación de la vida.
Hoy
compartir el baño implica que el acceso es libre, el agua caliente no es un
problema y el acceso al baño no es un tema. Con 52 personas estamos hablando de
racionamiento, regulaciones, rebeliones… todo para obtener escasos 30 segundos
de agua caliente y tirar la cadena cuando la tasa está a punto de rebalsarse. Implica
generación tras generación de nuestros descendientes “con la mierda hasta el
cuello”, casi en forma literal. Recuerda alguien la escena en Slamdunk Millionarie?
En efecto,
la hipótesis es que mientras más somos, menor se vuelve el valor de la vida
humana. No solo decrece, simplemente desaparece. Esto me pega porque lo he
vivido en carne propia. Sé que entre más apretado voy en el metro menos pienso
en toda esa gente como en personas, con los mismos derechos y problemas que
uno. Menos me preocupan. Piensen un momento. ¿No es verdad que entre más gente comprando
entradas menos nos importa pegar codazos? ¿Qué entre más llena va la micro
menos nos preocupamos por ceder el asiento? ¿Qué entre más taco menos nos
importa hacer un encerrón, colarnos por la berma o tocar la bocina?
Veo en mí
mismo y alrededor mío este progresivo deshumanizarse, no puedo por ende cerrar
los ojos y pretender que no existe. ¿Pero a dónde lleva? Según el video, un
conveniente estilo de vida, la decencia, la democracia o la misma dignidad
humana no pueden sobrevivir la sobrepoblación. Que va, lo más cercano a esta
sociedad que he visto fue en China (lo cual en mi opinión respalda la teoría) y
créanme que no se la deseo a nadie.
Es
interesante pensar que lejos de ser un problema futuro, es tan solo un problema
gradual que ya podemos observar. ¿No vivimos y trabajamos en espacios cada vez
más reducidos? ¿En ciudades cada vez más colapsadas y contaminadas? Nuestro
problema, tal vez, es que nos adaptamos, nos conformamos, con demasiada
facilidad.
La escasez
de recursos.
El problema
se vuelve peor al incorporar el tema de los recursos no renovables. En efecto,
si bien el crecimiento sostenido nos lleva infaliblemente a una crisis, la
manera en que hemos evitado los problemas hasta ahora ha sido mediante un mayor
y mayor consumo. En efecto, el consumo ha crecido a una tasa incluso mayor a la
población misma, con la consiguiente mejora en la calidad de vida. Esto nos
engaña a pensar que es algo bueno y a buscar más aún, pero es nada menos que un
tema de pan para hoy, hambre para mañana. Si algo me han enseñado una tras otra
crisis económica y el endeudamiento global es que somos particularmente ineptos
para pensar en el futuro.
Pero intentemos
hacerlo, al menos como un ejercicio. ¿Qué ocurre si se acaban, por ejemplo, los
combustibles fósiles? De pronto el transporte se vuelve prohibitivo. La
globalización se acaba. Viajar vuelve a ser prohibitivo. La industria retorna
en gran parte a un nivel pre-industrial. La agricultura deja de tener la
tecnificación actual o el acceso a fertilizantes. La hambruna mundial le sigue.
La electricidad decrece sustancialmente, causando racionamientos y pérdida de
muchos servicios. Las economías se ven forzadas a ser locales. De pronto, nos
encontramos de vuelta al año 1800, solo que con una población 7 (actual) a 10 (predicha)
veces mayor. En efecto, la explosión de población a 7-10 veces su valor
histórico se debe al descubrimiento de estas enormes fuentes de energía y no es
descabellado pensar que agotados los recursos, se agoten los beneficios que de
ellos extraíamos. Probablemente todo lo anterior esté acompañado de enorme
desigualdad y no pocas guerras. Todos estos síntomas han existido antes y no
son pocas las civilizaciones humanas que se han extinguido ya. Es ingenuo
pensar que no puede pasar de nuevo. Esta vez sin embargo, por vez primera, la
civilización es global.
Este no es
un escenario lejano. En absoluto. Hoy confiamos en yacimientos no encontrados
aun para que nuestras estimaciones de supervivencia tengan algo de esperanza,
porque lo que sabemos que existe también sabemos que se agotará muy luego. Si
tengo suerte no seré yo, sino Nicolás (mi hijo) el que lo viva… pero las cosas
no pintan tan bien.
Los
factores en juego
Uno de los
problemas es que todo aquello que mejora nuestra calidad de vida tiende a
generar condiciones más propicias para el crecimiento poblacional. El ser
humano, al igual que cualquier otra raza que ha evolucionado para la
supervivencia, no tarda en aprovechar estas condiciones. En general esto
implica que cosas como…
- Medicina /
Salud
- Reproducción
- Inmigración
- Paz
- Orden
Cívico
- Prosperidad
- Expectativa
de vida prolongada
…generan un
incremento poblacional, mientras que…
- Enfermedad
- Control de
Natalidad
- Enfermedad
- Guerra
- Violencia
- Hambre
- Accidentes
- Contaminación
- Catástrofes
Naturales
…generan
una disminución.
Esta es
solo una pincelada, pero da una buena idea del problema. En el fondo, cada vez
que logramos algo de la primera lista, la población crece hasta que la ventaja
desaparece. Al final, el crecimiento de población va a detenerse si o si, con
certeza, probablemente mucho antes de que cada persona tenga tan solo un metro cuadrado
para estar de pie. Cuando lo haga, va a ser porque la naturaleza eligió uno o
más de los factores de la segunda lista. El problema no es solo que queramos
mantener buenas condiciones, sino que esta tendencia al equilibrio, observada
en múltiples especies y entornos, no es algo gradual; el equilibrio a menudo se
produce por un periodo de sobrepoblación extrema seguido de muerte masiva y
llegando a niveles muy inferiores inclusive al original. En nuestro caso,
estamos hablando de miles de millones de personas y decenas de especies y
ecosistemas que no van a sobrevivir el experimento.
Las no
soluciones
Más
recursos
Podemos
cruzar los dedos y pensar en que encontraremos en el futuro nuevos recursos,
pero esto es muy poco probable. En primer lugar, necesitaríamos encontrar
cantidades enormes de recursos para permitir un crecimiento sostenido,
cantidades mayores a todo lo que se ha encontrado hasta ahora. Esto es
extremadamente poco probable. En segundo lugar, habiendo demostrado ser difíciles
de encontrar, probablemente serían difíciles de explotar. En tercer lugar,
aunque encontráramos un planeta entero tan propicio como la tierra y pudiéramos
mover a toda la población excesiva, con un crecimiento exponencial agotaríamos
este segundo planeta en tan solo unos años. Así ocurriría para cualquier límite
finito de recursos, sin importar que tantos, a menos que el crecimiento mismo
sea detenido.
Tecnología
Si bien
ayudan y cumplen un rol importante, las mejoras tecnológicas tendrían que
mantenerse a la par del crecimiento en disminuir los recursos necesarios. No
puedo decir que sea imposible puesto que ha ocurrido, pero es sin duda
improbable, sobre todo si no contamos con fuentes inacabables de energía. Si se
pasa de mi persona a las hipotéticas 52 de mi descendencia, con un consistente
aumento en un 5200% en el consumo, tendríamos que ser capaces de reducir el
consumo en un 98%. Nada por el estilo he visto, mucho menos en forma
transversal a todas las necesidades humanas.
Otro punto
de cuidado son las consecuencias de dicha tecnología. Al final, la ley de
conservación de la energía dice que solo estamos transformando las cosas,
muchas veces de formas que no comprendemos del todo. Lo que es cierto es que
cualquiera sea la solución que intentemos aplicar, nuestra población hace que
el impacto sea significativo y global.
Reciclaje,
energías limpias, etc.
Por el
mismo calculo anterior, un 20% de disminución en el consumo por ejemplo siempre
es útil, pero el impacto, debajo de una adopción total es despreciable si el otro factor no es atacado primero.
Negación o
Sordera
Este parece
ser la estrategia actual. Si dejamos pasar el tiempo, el problema le toca a
otro (normalmente al próximo candidato). No solo esto no disminuye el problema,
sino que desinforma y hace más difícil la organización necesaria para una
solución real. Es increíble como luego de más de 30 años de avisos por parte de
la comunidad científica y montañas de evidencia actual, algunos siguen creyendo
que el calentamiento global no es verdad (otros han trasladado el argumento a “es
verdad pero es proceso natural”, como si las consecuencias de esa forma no
fueran a ser nefastas). Este tipo de convicción infundada, ciega y casi
religiosa es inadmisible.
El camino a
seguir
Si lo que
queremos es tener estabilidad (económica y social), el significado es claro:
estable.
(Del lat.
stabĭlis).
1. adj. Que
se mantiene sin peligro de cambiar, caer o desaparecer.
2. adj. Que
permanece en un lugar durante mucho tiempo.
3. adj. Que
mantiene o recupera el equilibrio.
Nótese que
en ningún lado se habla de crecimiento, sino todo lo contrario. Es necesario
acabar con la religión del crecimiento, con la falsa idea de que todo lo que
crece está bien. El “crecimiento sustentable” atacado como la contradicción que
es. Necesitamos obtener un equilibrio y para ello, si bien idealmente disminuir
nuestro impacto en nuestro limitado planeta, al menos dejar de empeorarlo.
Esta
solución es difícil, pues nos obliga a mirar que cosas de la primera lista de
factores estamos dispuestos a sacrificar y que cosas de la segunda lista
podemos adoptar. La decisión no es fácil puesto que quisiéramos tenerlo todo,
pero la consecuencia de no tomarla es que la naturaleza y las leyes de la
física, que no se caracterizan por su sutileza o bondad, la tomen por nosotros.
El video
termina con un consejo importante. No crean lo que dicen los periódicos, POR
FAVOR no crean lo que dicen los políticos o las corporaciones. Ni siquiera
crean en lo que yo les digo. Por el contrario, piensen, vean los números,
saquen sus propias conclusiones. Las personas de antaño confiaban en oráculos
para poder anticipar los designios de los dioses, todo lo que estaba fuera de
su control. Hoy tenemos más control que nunca pero seguimos ciegos, y los
únicos oráculos, por imperfectos que sean, son unos cuantos números y
mediciones, esperando que gente inteligente los interprete y los entienda.
Mi
perspectiva
La única opción
viable y razonable que puedo encontrar es el control de natalidad, limitándonos
a dos hijos por pareja (la tasa de renovación) o menos. Esta medida funciona si
es que todos colaboramos, pero aquí, como en tantas otras luchas, la única manera
de transmitir un mensaje no hipócrita es predicando con el ejemplo. Y ningún
otro tipo de mensaje es efectivo.
No hablo en
vano de sacrificio, puesto que esta alternativa implica dejar de lado el sueño
de una familia grande y buscar otras soluciones, como mantenerse más unidos con
la familia extendida, etc. También implica un importante conflicto con mi
propia esposa y con muchos otros amigos y familiares cercanos que se no van a recibir
bien estas ideas. ¿Cómo explicas a alguien que ya tiene tres o más hijos que
consideras que su opción es un daño a la humanidad? ¿Cómo explicas que la
consecuencia es un mundo peor para cada uno de esos hijos a quienes trajeron al
mundo con la mejor de las intenciones? ¿Cómo limitas esperanzas y sueños tan
básicos, tan humanos?
No va a ser
fácil, pero al elegir (como siempre) entre la verdad y la bondad me inclino una
vez más por la verdad. La bondad en este caso particular es miedo y cobardía,
pues la verdad, dado el tiempo suficiente, es inexorable. Viajamos como raza en
un auto a 200 kms/hr, con los ojos cerrados. Abrir los ojos es el primer paso,
pisar el freno y recuperar el control viene después. Voy a dar la pelea,
incluso sin saber si soy suficientemente fuerte para ganarla, lo digo con
sinceridad. Pues al final lo que me carcome es que toda mi razón, todo mi
entendimiento y toda mi intuición me dice que Nicolás, que solo tiene 5 meses
de vida, está destinado a tener una peor vida que la que yo he tenido. Y, peor
que no tener un tercer hermano, ese legado es sin duda el más triste y más
amargo legado que cualquier padre puede dejar a su hijo.
Para ver y reflexionar